Capitulo 11 (Parte 2)

Entonces con mi planito y todas las ganas del mundo salí a comprar en primer término las maderas, que es la parte que me corresponde por que para la costura no me doy mañana y eso será cuestión de la abuela paterna. Ya en la carpintería, después de realizar el pedido correspondiente, empezó la hora de la verdad, acá era donde me iba a dar cuenta si tenía razón…Cuando me dijeran el costo.


Siiiiiiiiii!!!!!!!!!! Obviamente el llegar con una sonrisa de oreja a oreja ya le contestaba la pregunta obvia de mi mujer…

ELLA-Y? Conseguiste las maderas?

YO-Sí. Sabes cuánto gasté?

E-¿???

Y-$45!!!!!!!!!!!

La cara de ella, me resultaba conocida…si, era la cara de una persona derrotada por que contaba con que un elevado precio me hiciera desistir de este evento, y con los gastos realizados no hacía más que dar pasos agigantados al oficio de la carpintería. Después compré los tornillos, y un betún de Judea que seguía dándome la razón de mis actos. Por qué? Entre esas dos cositas no llegué a los $20.

Este era el comienzo de la historia…


Así entre clavos, metro, cola, maderas y betún empezó la construcción. Primero lo primero…teñir las maderas, una vez realizado esto, marcar las correspondientes medidas para realizar las marcas de los tornillos, después colocar los mismos y …y…y… Ah no!!!!!

Acá empezamos con los obstáculos…

Como medida preventiva (siempre recordando que esta mi cuello y no solo el del bebé en juego) si los tornillos debían ser de 5cm, yo le compré de 7 cm, si el ancho de la madera era de 1,5cm, yo compré de 2,5 cm para que sea lo más reforzado posible…Decime vos…Quien me manda a salirme de los papeles y ponerme a improvisar como si supiera??? Hasta las maderas teñidas veníamos bárbaro, si las ven son iguales a las compradas, el tema arranca en los tornillos, que haciéndome el entendido le agregué 2 cm…Vos te das una idea lo que es atornillar 7cm adentro en una madera más dura que una estatua de granito??? Yo te lo voy a contar porque lo sufrí en carne propia…llega un momento que el destornillador no gira, no anda mas, y todavía te faltan más de 2 cm por enterrar, pero como si esto fuera poco, tampoco por mas fuerza que hagas se llegan a juntar esas maderas que deberían quedar unidas. Un ejemplo práctico para que se den cuenta lo que estoy diciendo es…Agarrá un lápiz, y una hoja, dibuja una “H” (hache) pero sin que el palito del medio se llegue a empalmar con los dos que están paraditos (ni cerca llegues con el lápiz) y encima para peor pensá que esa línea de la que hablamos es doble!!! Lo que nos lleva a un doble desastre. La cola que pusiste para que aparte del tornillo fije la unión ahora esta chorreando por todo el piso del living, como si la madera estuviera herida, y lo único que está herido en este momento…ES TU ORGULLO, TU HOMBRIA!!!!

Que hacemos entonces?

Tenemos dos opciones:

1) Agarrar un hacha (dije hacha y ya me acorde de la “H” de nuevo y se me cae una lágrima) y con todo ese odio contenido repartir golpes a diestra y siniestra hasta reducir todo al formato de leña para comerse un buen asado, con gusto a “fracaso”.

2) O podemos barajar y dar de nuevo…

Obviamente que elegí la nro.2 pero no porque sea una persona que me destaque por mi paciencia, si no porque abandonar, tirar la toalla, o como quieran llamarlo era darle la razón a mi señora… Y eso no es negociable para cualquier de nosotros. Si dijiste que podías…ahora…podé!!!

Entonces agudizando el ingenio, fue que me acordé de también vienen unos tornillos, con cabeza para ajustar con llave, lo que sería más que conveniente para hacer fuerza, y la segunda parte de la solución sería usar un taladro con una mecha finita para que sirva de guía a los tornillos. Vuelta a la ferretería y ahora sí, manos a la obra…O no?